La diversidad del relieve del clima y de la vegetación en la península y en las islas ha propiciado la variada fauna endémica propia de regiones determinadas, que han creado unos ecosistemas diferenciados.
Además, la situación geográfica de la península favorece el paso de las aves migratorias, como la cigüeña o el flamenco. Alguna solamente cruzan la península, otros vienen a pasar el invierno desde otras latitudes o pasan gran parte del año la península y emigran según las estaciones.