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► Usos y costumbres

El discurrir del tiempo

Geohistoarteducativa (CC BY-NC)
Geohistoarteducativa (CC BY-NC)

¿Sabías que...

seguimos utilizando dichos medievales?

Algunas de las expresiones que utilizamos actualmente surgieron en época medieval.

Seguir en sus trece: durante la época del Gran Cisma de Occidente fue elegido papa en Aviñón el cardenal aragonés Pedro de Luna, que tomó el nombre de Benedicto XIII (1394-1424) y que siempre se consideró el legítimo papa, no aceptando ninguna de las vías que debían llevar a la unificación. De hecho, fue depuesto por varios concilios, no aceptó las peticiones de reyes y emperadores para que abdicase, nunca cedió en sus derechos y terminó retirándose a Peñíscola. Hasta el fin de sus días se consideró el verdadero papa, «siguió en sus trece».

¡Jesús!: es frecuente que cuando alguien estornuda se le diga: «¡Jesús!», una reducción de la frase completa que se decía en época medieval: «¡Jesús te salve!». Esta costumbre se inició en época de la peste negra, pues al parecer uno de los síntomas de la enfermedad era estornudar, acto que te condenaba a muerte. Por tanto, con esta frase se expresaba que ya solo Dios podía salvarte.

Pasar a una vida mejor: durante la lucha contra la herejía cátara en el sur de Francia (siglo XIII), los tribunales de la Inquisición enviados por Roma fueron especialmente rigurosos en sus sentencias, pues se pensaba que la mayoría de la población simpatizaba con los herejes. Cuando se preguntó a uno de los inquisidores si no temían condenar a inocentes, respondió que no, porque siempre acertaban: si eran culpables de herejía, debían morir en la hoguera, y si eran inocentes, entonces morían como mártires de la verdadera fe y, por tanto, tenían garantizado un lugar en el cielo, con lo que les estaban asegurando una vida mejor.

Estar en Babia: el significado actual de esta expresión es «estar distraído». El origen parece estar en el gusto que los reyes de León tomaron a pasar largas temporadas en la región de Babia, conocida por su exuberante vegetación y su abundante caza. Así, cuando alguien llegaba a la corte y preguntaba por el rey, se le debía contestar que estaba en Babia. Allí, además, los reyes no recibían a nadie ni atendían ningún requerimiento, por muy importante que fuera. De ahí que ahora se siga utilizando la expresión para decir que alguien no se entera de nada.

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