El clima subártico (también llamado clima subpolar, o clima boreal) es un clima caracterizado por inviernos largos, generalmente muy fríos, y veranos cortos, frescos y suaves. Se encuentra en grandes masas de tierra, lejos de los efectos moderadores de un océano, generalmente a latitudes de 50 ° a 70 ° N hacia el polo del climas continentales húmedos. En los climas subárticos o boreales se genera la masa de aire frío que afecta a las zonas templadas en invierno.

Este tipo de clima ofrece algunas de las variaciones de temperatura estacionales más extremas que se encuentran en el planeta: en invierno, las temperaturas pueden descender por debajo de -50 ° C y en el verano, la temperatura puede superar los 26 ° C. Los veranos son cortos; no más de tres meses del año (pero al menos un mes) El calor del verano es insuficiente para descongelar más de unos pocos cm de superficie, por lo que permafrost prevalece en la mayoría de las áreas no cercanas al límite sur de esta zona climática. Los climas subárticos tienen poca precipitación, por lo general no más de 380 mm

La vegetación es generalmente de baja diversidad, ya que solo las especies resistentes pueden sobrevivir los largos inviernos y aprovechar los cortos veranos. Los árboles se limitan principalmente a coníferas, ya que pocos árboles de frondosas pueden sobrevivir a las muy bajas temperaturas del invierno. Este tipo de bosque también se conoce como taiga

 El clima del casquete polar.

Los centros de acción típicos son los anticiclones térmicos de las altas latitudes, y sólo ocasionalmente el Frente Ártico (o Antártico). Las masas de aire dominantes son las de tipo ártico (o antártico), de carácter muy frío y secas. En realidad es aquí donde se generan este tipo de masas de aire

Las lluvias son esporádicas, sólo cuando llegan masas de aire marítimo, tras haber quedado atrapadas en una borrasca ocluida, llega a nevar. Por eso son las regiones con menos precipitaciones de la Tierra; aunque no hay aridez debido a las bajas temperaturas. Por supuesto, las precipitaciones son siempre en forma de nieve, y, al no derretirse nunca, forma los glaciares.

Las temperaturas son muy bajas. Las medias de todos los meses se sitúan por debajo de los 0 ºC, y puede haber meses con medias inferiores a los -60 ºC. La oscilación térmica anual es acusada y puede variar, según los lugares, entre los 20 y los 40 ºC, entre las medias del mes más frío y las del mes menos frío. La oscilación térmica diaria también pude llegar a ser contrastada, con más de 20 ºC de diferencia, pero esto sólo ocurre en las estaciones intermedias, con día y noche. Se puede considerar que nunca se superar los 0 ºC, ni aún en las máximas absolutas. Esto quiere decir que jamás hay agua líquida. El hielo acumulado se evacua por medio de la dinámica de los glaciares. El frío superficial provoca una fuerte inversión térmica en altura, por lo que la temperatura asciende rápidamente a medida que se gana altitud.

No existen estaciones, es un invierno permanente. La única diferencia es la época de noche y la época de día. 

Uno de los elementos climáticos más relevantes son los fuertes vientos superficiales. En la Antártida descienden desde las altas planicies hasta la costa, con las velocidades más altas del mundo. Son los vientos catabáticos. Los vientos provocan fuertes ventiscas de hielo y nieve, en la que se mezcla el arrastre de nieve ya caída con las escasas precipitaciones.