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1.2. Características

a) Mundo bipolar y enfrentado

El origen de esta situación se remonta a la desconfianza mutua que surgió entre EE. UU. y la URSS inmediatamente después de la victoria sobre su enemigo común, el nazismo, única circunstancia que los había unido. Ambos países habían entrado en la guerra debido a las agresiones respectivas de japoneses y alemanes, abandonando la política aislacionista del período de entreguerras. Una vez lograda la victoria, comenzaron las discrepancias, ya que cultural e ideológicamente ambos países tenían poco en común. La desconfianza se apoyó además en hechos como el monopolio atómico de EE UU y las presiones soviéticas sobre los gobiernos de los países de Europa del este, en los que se implantaron regímenes comunistas sin consultar a sus poblaciones.


A esta desconfianza hay que añadir la rivalidad ideológica, expresada a través de la propaganda, a la que recurrieron ambos bandos. En ella, Estados Unidos era representado como el máximo exponente del imperialismo y de la explotación de los más desfavorecidos, y la Unión Soviética como símbolo de la revolución, del ateísmo y de la tiranía. El anticomunismo estaba muy extendido en amplios sectores políticos y sociales europeos y estadounidenses desde 1917 y la URSS había sido rechazada por la diplomacia occidental desde su creación. Después de la guerra, la corriente anticomunista se intensificó y fue difundida por los medios políticos y periodísticos occidentales. En Occidente, y especialmente en EE UU, los movimientos intelectuales y artistas de ideología izquierdista fueron perseguidos durante los años cuarenta y cincuenta.

Esta reacción anticomunista, o “caza de brujas”, llegó en algunos casos a incitar a los ciudadanos a delatar a sus vecinos o a compañeros de trabajo por “comunistas” o “traidores” al país. Por su parte, en los países comunistas la censura era total, no existía libertad de expresión y los disidentes con el sistema eran enviados a campos de concentración (gulag) o desterrados.

b) Contención, disuasión y carrera nuclear (equilibrio del terror).

La guerra fría se inició inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, entre 1946 y 1948, y finalizó en 1991, con la disolución de la URSS y del bloque económico y militar soviético. En este largo período hubo momentos en los que la tensión fue evidente, la guerra parecía inminente y la situación internacional era muy inestable, como entre 1948 y 1962 y entre 1975 y 1985. También hubo períodos de distensión, en los que no parecía existir peligro de guerra y la situación entre los dos bloques era lo bastante estable como para hablar de «coexistencia pacífica», por ejemplo, entre 1962 y 1975 ya partir de 1985.

Un rasgo importante de la guerra fría fue el miedo colectivo a una guerra nuclear, que supondría la destrucción total de la civilización. El período de entreguerras se caracterizó por un temor constante al estallido de una nueva guerra; pero a partir de 1945 el miedo fue más allá: la capacidad tecnológica y científica de los ejércitos amenazaba con la aniquilación completa del género humano. La conciencia de que el inicio de una guerra entre Estados Unidos y la URSS podría desembocar en un suicidio colectivo contribuyó a evitar el enfrentamiento armado directo entre ambos países.

La estrategia de la guerra fría consistió básicamente en la contención del enemigo en su área de influencia y en el mantenimiento de un equilibrio armamentístico entre los dos bloques. Si el potencial militar de ambos bandos era equivalente, se garantizaba la destrucción mutua en caso de conflicto, lo que servía como elemento de disuasión: como ningún país podría obtener la victoria en una contienda, ninguno la iniciaría. Cuando se sospechaba que el adversario lograba la más mínima ventaja, geográfica (un país que cambiaba de bando o amenazaba con hacerlo), estratégica (creación de nuevas bases militares en un punto u otro del planeta) o tecnológica (nuevas armas o aumento de las existentes, avances en la investigación espacial o en el campo de las comunicaciones), los servicios de espionaje e inteligencia (defensa nacional) trataban de neutralizarla. Para ello, o bien imitaban las ventajas del adversario, o bien incrementaban vertiginosamente los gastos en armamento e investigación, con lo que la desconfianza y el temor recíproco crecían. Durante la guerra fría se produjeron conflictos localizados generalmente en el inestable Tercer Mundo, en los que se ensayaban las nuevas armas y se obtenían ventajas limitadas, y crisis periódicas en las que EE UU y la URSS medían sus fuerzas.

c) La ruptura de la coalición aliada y los primeros puntos de fricción.

El comienzo de la guerra fría se produjo entre 1946 y 1948 como consecuencia de una serie de acontecimientos internacionales que fueron incrementando la desconfianza y el temor entre los países occidentales y la URSS:

El discurso de Churchill en Fulton. En marzo de 1946 Churchill pronunció un discurso en la Universidad de Fulton (Missouri, EE UU) en el que habló de la aparición en Europa de un «telón de acero», que la dividía por la mitad, y señaló la necesidad de detener el expansionismo soviético por la fuerza. Este discurso fue replicado duramente por Stalin.

La crisis de Irán. En Irán, país ocupado por tropas británicas y soviéticas durante la guerra, se acordó la retirada común de tropas en 1946. Sin embargo, la URSS se negó a hacerlo. Finalmente cedió y retiró sus tropas ante las presiones de EE UU y de Gran Bretaña. Irán quedó en la zona de influencia occidental, constituyendo una amenaza para la URSS.

La entradadel este de Europa en la órbita soviética. En Europa oriental, los partidos comunistas o, dentro de ellos, los grupos prosoviéticos, se hicieron con el poder mediante golpes de Estado entre 1947 y 1948. Especialmente impactante fue el caso de Checoslovaquia, donde existía una tradición parlamentaria anterior a la guerra. Se crearon así regímenes de partido único similares al de la URSS. Sólo quedó excluida Yugoslavia, en la que se implantó un régimen socialista independiente de Moscú, aunque no claramente prooccidental.

La marginación de los comunistas en Europa occidental. Los comunistas, muy activos en los movimientos de resistencia antinazi y en las coaliciones políticas de posguerra, a partir de 1948 fueron marginados políticamente incluso en países en los que tenían gran influencia, como Italia y Francia. En Grecia fueron derrotados en una Guerra Civil (1945, 1949) que sostuvo contra ellos un Gobierno apoyado militarmente por los británicos y, tras la retirada de estos, por los estadounidenses. Grecia y Turquía quedaron incluidas en el bloque occidental, protegiendo el Mediterráneo y los estrechos.

d) La doctrina Truman y el Plan Marshall.

En esta línea, EE UU dio un giro en 1947 a su política exterior. El presidente Truman formuló la que se conocerá como Doctrina Truman: EE UU debía apoyar a los países libres (es decir, capitalistas) e impedir que en ellos se impusiesen regímenes totalitarios (o sea, soviéticos). El apoyo sería tanto militar como económico, canalizado este último en Europa occidental a través del Plan Marshall. Este programa de ayuda económica, financiado por EE UU y aprobado en abril de 1948, contribuyó decisivamente a la reconstrucción de Europa occidental. De esta reconstrucción económica se esperaba obtener beneficios sociales y políticos: se pretendía alejar a la población europea de cualquier tentación comunista e impedir movimientos subversivos dentro de los países occidentales. España (por su régimen político) y los países del este no recibieron esta ayuda.

Geohistoarteducativa (CC BY-NC-SA)
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División de Alemania y Crisis de Berlín

La división de Alemania

Las áreas británica, estadounidense y francesa de Alemania se unieron, se beneficiaron del Plan Marshall y constituyeron la República Federal de Alemania (RFA, en 1949), no reconocida por la URSS y con un régimen democrático liberal. En la zona soviética se formó la República Democrática Alemana (RDA, en 1949), no reconocida por los occidentales, excluida del Plan Marshall y con un régimen comunista de partido único. Austria se mantuvo unida y se declaró neutral, pero pudo beneficiarse del Plan Marshall y de la democracia occidental.

La crisis de Berlín (1948-1949) y el comienzo de la Guerra Fría.

La ciudad de Berlín quedó dividida en dos zonas tras la guerra, con la particularidad de que el Berlín occidental estaba rodeado por la Alemania soviética y distaba 160 km. de la Alemania controlada por los occidentales. Como protesta por el desarrollo del Planta Marshall, los soviéticos aislaron Berlín occidental, impidiendo el paso a cualquier transporte terrestre o fluvial procedente de Occidente. Este bloqueo, iniciado en abril de 1948, provocó la primera gran crisis de la guerra fría y fue neutralizado con un gigantesco puente aéreo organizado por los británicos y estadounidenses para abastecer la ciudad. En mayo de 1949 la URSS puso fin al bloqueo. Posteriormente, en 1961, los comunistas levantaron un muro en Berlín para evitar la huida de la población hacia la zona occidental, confirmando así la división de la ciudad.